Cuando Microsoft cerró sus oficinas de Redmond, Washington, en marzo de 2020 debido a la pandemia, el equipo de Surface se llevó lo que pudo para sus oficinas en casa. Para un puñado de ingenieros y diseñadores de productos, eso incluía el “Frankenstein”, un prototipo de computadora portátil versátil y transformable construido en conjunto con Windows 11.
El misterioso dispositivo ya había pasado tres años en el laboratorio de desarrollo de Microsoft y estaba pensado para salir al mercado el 5 de octubre de 2021, el mismo día en que Microsoft planeaba lanzar su primera gran actualización de software en seis años. Pero el “Frankenstein” estaba lejos de estar listo: las piezas estaban pegadas con una Surface Pro, un dispositivo que se convierte en láptop, y contaba con nuevos sensores, un teclado actualizado y un trackpad en la parte inferior. Necesitaba cambios en la pantalla de bloqueo, la bisagra y el sistema de seguimiento facial, entre otras actualizaciones.
Un año y medio después, ese dispositivo, ahora conocido como Surface Laptop Studio, es el producto estrella de la línea de otoño de Microsoft, que fue presentado durante un evento de prensa virtual este miércoles.
La apuesta de Microsoft es que este dispositivo de US$ 1.599 se convierte en lo que uno quiera que sea. Cuando se encuentra en posición de Laptop, es una computadora normal. En el modo Stage, los usuarios pueden acercar la pantalla táctil de 14,4 pulgadas para usarla como tableta, adecuada para jugar o transmitir programas de televisión. Su último modo, Studio, la convierte en un lienzo para dibujar, hacer bocetos u otros usos creativos. Sus características están pensadas para atraer a desarrolladores y creadores profesionales.
Aunque el diseño del hardware no es del todo nuevo (Lenovo, por ejemplo, ha presentado dispositivos transformables similares), Microsoft quiere demostrar que puede ofrecer a los consumidores algo realmente innovador. Encaja en la estrategia más amplia de la compañía de lanzar dispositivos híbridos, que se vio reforzada por el puñado de actualizaciones que hizo a su gama de productos convertibles durante el evento.
Pero esta vez, Microsoft tuvo que lidiar con las limitaciones de una pandemia y los dolores de cabeza de la cadena de suministro para terminar de diseñar el producto y sacarlo finalmente al mercado.